No existe realmente el arte, tan sólo hay
artistas.
El arte ha ido evolucionando dependiendo de la época
y el lugar.
Cuando nosotros observamos el arte, por ejemplo,
un cuadro, lo miramos de manera subjetiva ya que estamos influidos por nuestros
gustos, preferencias y vivencias.
Cuando nosotros miramos un cuadro, lo que
queremos ver es el reflejo de nuestra propia realidad. Por ejemplo, Rubens,
dibujó a su hijo con agradables facciones ya que estaba orgulloso de él.
Asimismo, Alberto Durero, que también plasmó a su madre en un cuadro, con
devoción y cariño.
El tema desarrolla conceptos como lo feo, lo cómico
y lo obsceno, donde cabe destacar
la divinidad de Príapo y las Sátiras contra el rústico y fiestas
carnavalescas. Además, se hace hincapié en la fealdad de la mujer entre la
antigüedad y el barroco y la belleza como proporción.
Como se comentaba anteriormente, Príapo, representó el culto al falo,
bajo un órgano genital enorme centrándose en la fealdad como concepto. Se
trataba de un falo enorme que representaba la fertilidad y solía ser expuesto
en los campos de cultivo, todo ello, enmascarado de un toque ridículo.
Desde siempre, el ser humano se ha encontrado incómodo
ante la imagen de los excrementos y el sexo, en forma de pudor.
Con respecto a los carnavales, no era de extrañar que estuviesen basados en las
parodias. Desde una perspectiva exagerada y ridícula, se ahondaba en el cuerpo,
los sagrado, el lenguaje y los blasfemo.
Más tarde, llega la liberación renacentista. Éstos
fenómenos, sufren un cambio. Lo obsceno no aparece como una característica de
lo plebeyo, sino que aparece representado el comportamiento y lenguaje de la
realeza. Este hecho se convierte en una auténtica revolución cultural ya que la
sociedad empieza a defender el predominio de lo humano y de lo terrenal sobre lo
divino.
En cuanto a la caricatura, el precursor fue
Leonardo Da Vinci, que inventaba su propios personajes. En cambio evolucionó
como instrumento de denuncia de un defecto moral a través de un defecto físico,
en definitiva, se trataba de afear el cuerpo u objeto. .
Como conclusión, podemos afirmar que el arte es
producto de los artistas, y que no hay arte sin autor. Es la sociedad, sus
costumbres, la época, el lugar y el momento, las variables que configuran el
arte de cada artista y cómo lo concibe cada espectador. Los temas durante la
historia del arte son variables y aunque se mantuviesen, serían diversos ya que
la sociedad no es la misma. En nuestra opinión, esta evolución nos ha dado una visión
abierta y comprensiva a la hora de observar y analizar el arte antiguo, ya que posiblemente,
las generaciones futuras observarán asombrados lo que ahora creemos como arte.
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